Por Richard Baxter.
Piense en el propósito de la existencia del alma humana. ¿ Para qué fue
creada? Para amar, obedecer y glorificar a nuestro Creador; y verá usted lo que
es el pecado, pues éste pervierte y anula ese propósito.¡Cuán excelentemente
grande y santa es la obra para la que fuimos creados y a la que hemos sido
llamados! ¿ Deberíamos deshonrar en templo de Dios, y servir al diablo en su
inmundicia y absurdo, en lugar de recibir, servir y glorificar a nuestro Creador?
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